Sin duda existe en nuestro cuerpo una cierta válvula defensiva
gracias a la cual la razón se niega a aceptar lo irremediable,
lo caducable; porque debe ser muy difícil existir si se pierde la
convicción de que mientras dure la vida sus posibilidades son
inagotables y casi infinitas.
gracias a la cual la razón se niega a aceptar lo irremediable,
lo caducable; porque debe ser muy difícil existir si se pierde la
convicción de que mientras dure la vida sus posibilidades son
inagotables y casi infinitas.
Juan Benet
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