
Deseo intensamente morder la manzana, adentrarme en senderos desconocidos y sentir sin miedo como van apoderándose de mi ser esas sensaciones, durante tanto tiempo dormidas. Tendré que esperar hasta que el deseo me nuble la razón y me impida ya pensar en nada más, tan sólo en aventurarme y arriesgar mi alma al abismo. Resulta difícil, llegado este momento, dejar atrás lo que tanto me asusta y me hace sentir estancada y atrapada en la comodidad de la rutina, que por conocida, me hace imaginar segura en mi mundo. Quiero desprenderme de todo cuanto me retiene, aunque sigo teniendo un gran temor a perder el control. Hasta ahora todo ha sido un juego, nada más que palabras; peró ahora, las palabras darán lugar a los hechos. Y quizás ya sea tarde, pero prefiero arriesgar, aún sabiendo que quizás es a destiempo. Necesito ser coherente con lo que ansio y anhelo experimentar, serlo conmigo misma. Sé que los miedos y dudas seguirán siendo mis compañeros de viaje, pero me puede más el deseo por continuar, la atracción hacia la otra cara de la luna. Y sé que llegará un momento en el que ya nada temeré porque estaré en tus manos... Y si no es así, habré arriesgado con valentía y de frente, como siempre me ha gustado vivir, y me sentiré satisfecha conmigo misma. Ya pasó el tiempo del miedo... Nada puedo hacer ya salvo dejarme atraer hacia el abismo, morder la manzana y esperar...